El
banquete
Es un cuento en el que la sociedad se ve fielmente enmarcada a como
vivimos en la actualidad. La presidencia de Jorge Ubico Castañeda suponía
mejorar la calidad de vida de Guatemala pero el país estaba involucrado en una
gran crisis económica, social y política.
Se
hace referencia a su régimen por que realizo un esfuerzo por estabilizar las
finanzas del estado, reduciendo el gasto público. Es significativo su impulso a
la construcción de obra pública, especialmente carreteras, en beneficio de la
actividad cafetera, dominada por inmigrantes alemanes. Para la construcción de
carreteras empleó trabajo forzado de indígenas, vigilados por el departamento
militar de diseño y construcción de carreteras. Su administración resultó
beneficiosa para los monopolios bananeros.
Ubico fue exaltado por algunos periódicos americanos como un
dictador "popular". Los que habían tenido asuntos con su policía
política sabían sobradamente de ello. El semanario "Time" lo
describió como un admirador de la sangrienta purga que Hitler provocó en 1934 y
citaba sus palabras: "yo soy como Hitler, primero ejecuto y después
organizo el proceso..." Pero durante la II Guerra Mundial ciertos cambios
empezaban a debilitar la posición de Ubico. En 1942 la confiscación de
plantaciones de café que poseían alemanes le hizo perder muchos partidarios.
Los problemas de política interior provocaban una cierta agitación, tanto entre
obreros como en el mundo de los negocios. El dictador de un país vecino, el
Salvador, había caído algunas semanas antes por la presión de una resistencia
no violenta generalizada. Los hechos mostraron que era un ejemplo contagioso y
peligroso. La acción comenzó en Guatemala de una forma muy discreta.
La mujer
sándwich
No es necesario buscar en lugares remotos solamente con leer o investigar en cualquier medio de comunicación, cualquier día del año y a
cualquier hora, para percatarse de la magnitud de los movimientos migratorios
actuales. Muchas personas se asoman diariamente al balcón de la pobreza para
divisar horizontes menos sombríos para sus vidas. Sus miradas se dirigen hacia
el norte rico, o sea, hacia nosotros, desde cualquier sur, ya sea África,
Latinoamérica, el este europeo o Asia, la gente emigra y huye de la pobreza
hacia Europa y Norteamérica.
Que
las personas huyan de la pobreza para vivir mejor no es algo nuevo, siempre
existieron esos movimientos, pero ahora se dan algunas circunstancias que
agravan el asunto, por un lado los inmigrantes llegan a sociedades donde hay
desempleo, por otro las diferencias sociales son abismales entre el sur y el
norte y sin embargo las distancias son más cortas, la televisión y los modernos
medios de comunicación y transporte ponen delante de los ojos de esas personas
que malviven en la parte pobre del mundo y las sociedades avanzadas. Si a ello
añadimos las negras perspectivas de mejora que allí se vislumbran, es fácil
comprender las razones de esos movimientos inmigratorios que nos llegan.
De hambrunas y fatalidades
Las hambrunas han
sido comunes a lo largo de la historia de la humanidad. Hubo hambrunas en el
antiguo Egipto, y en el libro del Génesis de la Biblia se habla de 7 años de vacas gordas relacionadas a las buenas cosechas, seguidos por 7
años de vacas flacas,
relacionados a sequía y malas cosechas durante esa cantidad de años,
produciendo una hambruna generalizada.
Las hambrunas generalizadas afectan a todas
las clases o grupos de la región en que escasea el alimento; las hambrunas de
clase afectan a algunas clases o grupos con mucha más crudeza que a otros; las
hambrunas regionales afectan sólo a una región específica de un país. Sus
causas pueden ser naturales o humanas. Entre las causas naturales se cuentan
las sequías, las inundaciones, las condiciones climáticas desfavorables, las
enfermedades vegetales y las plagas de insectos. La principal causa humana es
la guerra, aunque también inciden factores como la sobrepoblación, los sistemas
de distribución alimentaria inadecuados y el elevado precio de los alimentos.
Muchas hambrunas serias tuvieron lugar en el s. XX, entre ellas las de China
(1928–29; 1958–62), Rusia (1921–22), India (1943–44),Camboya (1975–79), y en África.
Otro punto importante es la
Gran depresión y su influencia en Latinoamérica ya que al igual que en el resto del mundo, las consecuencias de la Crisis de
Nueva York se hizo sentir con una particular fuerza que seria el punto de partida en el camino de la industrialización de los
países latinoamericanos.
Durante muchos años en Latinoamérica la importación fue esencial
para lograr la satisfacción de los mercados internos, pero para 1930 luego del
colapso de muchas de las empresas extranjeras establecidas en suelo
latinoamericano dada la crisis, se genera una nueva visión con respecto a la
expansión del mercado interno y se comienza a analizar la posibilidad de
adquirir la capacidad de producir internamente lo que se importaba (mayormente
de los EEUU) a fin de poder prescindir de los productos extranjeros que tenían
sus mayores mercados en América Latina.
Los países que más rápido se fueron adhiriendo a este nuevo
proceso fueron aquellos que antes de la crisis ya habían conseguido un
crecimiento económico aceptable y que algún modo habían logrado diversificar un
poco más sus economías.
Sin embargo, aún y cuando la producción nacional se incentivó
significativamente durante la década de 1930 y 1940 y se llegó a la fabricación
de bienes de consumo final, los niveles de importaciones no sufrieron ningún
cambio ya que si bien se habían dejado de importar mayormente productos
acabados ahora se necesitaba maquinaria, insumos y en fin todo aquello que se
necesitaba para producir lo que ahora se producía internamente.
Luego de haber alcanzado la independencia, los países
latinoamericanos continúan siendo ahora Estados con una economía basada en la
agricultura siendo este su principal renglón de exportación. Ya para finales
del siglo XIX y una vez entrado el XX se hacía cada vez más evidente la
necesidad de reformas económicas y sociales considerables que permitieran el avance
de los pueblos latinoamericanos hacia una amplia modernización; con lo que no
se contaba era que el eje de cambio iba a provenir de una fuente externa.
Dentro de los principales países influyentes para la evolución
económica de América Latina durante el siglo XIX se encuentran los europeos:
Alemania, Inglaterra (principalmente) y Francia, los cuales figuraban como los
prestamistas más importantes y sus inversiones se concentraban en la extracción
de materias primas y energía.
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