miércoles, 7 de agosto de 2013

Sucesos históricos



El banquete 
Es un cuento en el que la sociedad se ve fielmente enmarcada a como vivimos en la actualidad. La presidencia de Jorge Ubico Castañeda suponía mejorar la calidad de vida de Guatemala pero el país estaba involucrado en una gran crisis económica, social y política.
Se hace referencia a su régimen por que realizo un esfuerzo por estabilizar las finanzas del estado, reduciendo el gasto público. Es significativo su impulso a la construcción de obra pública, especialmente carreteras, en beneficio de la actividad cafetera, dominada por inmigrantes alemanes. Para la construcción de carreteras empleó trabajo forzado de indígenas, vigilados por el departamento militar de diseño y construcción de carreteras. Su administración resultó beneficiosa para los monopolios bananeros.

Ubico fue exaltado por algunos periódicos americanos como un dictador "popular". Los que habían tenido asuntos con su policía política sabían sobradamente de ello. El semanario "Time" lo describió como un admirador de la sangrienta purga que Hitler provocó en 1934 y citaba sus palabras: "yo soy como Hitler, primero ejecuto y después organizo el proceso..." Pero durante la II Guerra Mundial ciertos cambios empezaban a debilitar la posición de Ubico. En 1942 la confiscación de plantaciones de café que poseían alemanes le hizo perder muchos partidarios. Los problemas de política interior provocaban una cierta agitación, tanto entre obreros como en el mundo de los negocios. El dictador de un país vecino, el Salvador, había caído algunas semanas antes por la presión de una resistencia no violenta generalizada. Los hechos mostraron que era un ejemplo contagioso y peligroso. La acción comenzó en Guatemala de una forma muy discreta.




La mujer sándwich

No es necesario buscar en lugares remotos solamente con leer o investigar en cualquier medio de comunicación, cualquier día del año y a cualquier hora, para percatarse de la magnitud de los movimientos migratorios actuales. Muchas personas se asoman diariamente al balcón de la pobreza para divisar horizontes menos sombríos para sus vidas. Sus miradas se dirigen hacia el norte rico, o sea, hacia nosotros, desde cualquier sur, ya sea África, Latinoamérica, el este europeo o Asia, la gente emigra y huye de la pobreza hacia Europa y Norteamérica.
Que las personas huyan de la pobreza para vivir mejor no es algo nuevo, siempre existieron esos movimientos, pero ahora se dan algunas circunstancias que agravan el asunto, por un lado los inmigrantes llegan a sociedades donde hay desempleo, por otro las diferencias sociales son abismales entre el sur y el norte y sin embargo las distancias son más cortas, la televisión y los modernos medios de comunicación y transporte ponen delante de los ojos de esas personas que malviven en la parte pobre del mundo y las sociedades avanzadas. Si a ello añadimos las negras perspectivas de mejora que allí se vislumbran, es fácil comprender las razones de esos movimientos inmigratorios que nos llegan.



De hambrunas y fatalidades 

Las hambrunas han sido comunes a lo largo de la historia de la humanidad. Hubo hambrunas en el antiguo Egipto, y en el libro del Génesis de la Biblia se habla de 7 años de vacas gordas relacionadas a las buenas cosechas, seguidos por 7 años de vacas flacas, relacionados a sequía y malas cosechas durante esa cantidad de años, produciendo una hambruna generalizada.

Las hambrunas generalizadas afectan a todas las clases o grupos de la región en que escasea el alimento; las hambrunas de clase afectan a algunas clases o grupos con mucha más crudeza que a otros; las hambrunas regionales afectan sólo a una región específica de un país. Sus causas pueden ser naturales o humanas. Entre las causas naturales se cuentan las sequías, las inundaciones, las condiciones climáticas desfavorables, las enfermedades vegetales y las plagas de insectos. La principal causa humana es la guerra, aunque también inciden factores como la sobrepoblación, los sistemas de distribución alimentaria inadecuados y el elevado precio de los alimentos. Muchas hambrunas serias tuvieron lugar en el s. XX, entre ellas las de China (1928–29; 1958–62), Rusia (1921–22), India (1943–44),Camboya (1975–79), y en África.

Otro punto importante es la Gran depresión y su influencia en Latinoamérica ya que al igual que en el resto del mundo, las consecuencias de la Crisis de Nueva York se hizo sentir con una particular fuerza que seria el punto de partida en el camino de la industrialización de los países latinoamericanos.
Durante muchos años en Latinoamérica la importación fue esencial para lograr la satisfacción de los mercados internos, pero para 1930 luego del colapso de muchas de las empresas extranjeras establecidas en suelo latinoamericano dada la crisis, se genera una nueva visión con respecto a la expansión del mercado interno y se comienza a analizar la posibilidad de adquirir la capacidad de producir internamente lo que se importaba (mayormente de los EEUU) a fin de poder prescindir de los productos extranjeros que tenían sus mayores mercados en América Latina.
Los países que más rápido se fueron adhiriendo a este nuevo proceso fueron aquellos que antes de la crisis ya habían conseguido un crecimiento económico aceptable y que algún modo habían logrado diversificar un poco más sus economías.
Sin embargo, aún y cuando la producción nacional se incentivó significativamente durante la década de 1930 y 1940 y se llegó a la fabricación de bienes de consumo final, los niveles de importaciones no sufrieron ningún cambio ya que si bien se habían dejado de importar mayormente productos acabados ahora se necesitaba maquinaria, insumos y en fin todo aquello que se necesitaba para producir lo que ahora se producía internamente.
Luego de haber alcanzado la independencia, los países latinoamericanos continúan siendo ahora Estados con una economía basada en la agricultura siendo este su principal renglón de exportación. Ya para finales del siglo XIX y una vez entrado el XX se hacía cada vez más evidente la necesidad de reformas económicas y sociales considerables que permitieran el avance de los pueblos latinoamericanos hacia una amplia modernización; con lo que no se contaba era que el eje de cambio iba a provenir de una fuente externa.

Dentro de los principales países influyentes para la evolución económica de América Latina durante el siglo XIX se encuentran los europeos: Alemania, Inglaterra (principalmente) y Francia, los cuales figuraban como los prestamistas más importantes y sus inversiones se concentraban en la extracción de materias primas y energía.
 

 

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